Acampando en Menard, Texas

Mi madre, mi padre, mis dos heramans, tio, tia, y primo estaban acampando en las orillas del Rio San Saba en Menard, Texas. Mis padres y mis hermanas dormían en una carpa, en tanto el resto lo hacía en en la cabina y cama de una camioneta. Alrededor de las 3:30 de la manaña, mi padre tenía que levantarse para revisar las lineas que habían puesto para las truchas. Nunca salió de la carpa. Dijo estar paralizado. Yacía en la cama despierto escuchando a La Llorona. Al comienzo él no estaba seguro del origen de aquel ruido, pero había escuchado varias historias y no estaba decididio a verificarlas. Mi madre, que dormía a su lado también estaba despierta, pero por temor ni siquiera quería abrir los ojos. Finalmente se levantaron al amanecer, y pregunataron a los demás si habían escuchado los llantos. Mi tía dijo que un movimiento leve la había despertado mientras dormía en la cabina de la camioneta con las ventanas levantadas y las puertas cerradas con llave. Atemorizados, decidieron levantar campamento y regresar a la casa.

Cuando llegaron al pueblo llamaron al alguacil para averiguar si aquella noche había ocurrido algo en la zona del río (donde por lo general los chicos suelen organizar sus fiestas). Pensaron que quizás alguien había sido asesinado o lastimado y que el llanto pertenecía a alguien que sufría. El alguacil dijo que esa noche había patrullado la zona como de costumbre y que había encontrado todo en calma. Mamá dijo que el llanto era el que solía escucharse en los funerales, excepto que más continuo e intenso. Mi abuela les dijo que definitivamente se trataba de La Llorona. Muchos años antes, uno podia sentarse en el porche de la abuela y escuchar los llantos con bastante frecuencia.

Siempre creí en La Llorona y de hecho la escuché cuando tenia 12 años. En ese momento staba con otros 10 boy scouts que a partir de esa experiencia se convirtieron en creyentes. Ahora ya somos mayores, pero cuando nos reunimos para charlar sobre ella, volvemos a sentir el mismo temor. Todavía tiemblo cuando cuento la historia de aquel día.
Contribución de: Joseph Ramon
Copyright 2001