La Llorona de la Época
Tercera Parte


--LaLlorona -cuenta Dr. José María Roa Bárcena,-- era a veces una joven enamorada, que había muerto en vísperas de casarse y traía al novio la corona de rosas blancas que no llegó a ceñirse; era otras veces la viuda que venía a llorar a sus tiernos huérfanos; ya la esposa muerta en ausencia del marido a quien venía a traer el ósculo de despedida que no pudo darle en su agonía; ya la degraciada mujer, vilmente asesinada por el celoso cónyugue que se aparecía para lamentar su fin desgraciado y protestar su inocencia.-

Poco a poco, al través de los tiempos, la vieja tradición de la Llorona ha ido, como decíamos, borrándose del recuerdo popular. Sólo queda memoria de ella en los fastos mitológicos de los aztecas, en las páginas de antiguas crónicas, en los pueblecillos lejanos, o en los labios de las viejas abuelitas, que intentan asustar a sus nietezuelos, diciéndoles -Ahí viene La Llorona!--

Pero La Llorona se va, porque los niños de hoy no se espantan con los fantasmas del pasado y se encaran muchas veces con las realidades del presente.

El interesante artículo que antecede, se debe al erudito escritor Luis González Obregón, que tantas y tan bellas cosas ha dado a luz sobre tradiciones y leyendas mexicanas.
Contribución de: El Nuevo Mexicano, 1917
Santa Fe, Nuevo México